Uruguay, Tacita del Plata: Breve reseña de geografía e historia

Uruguay es uno de los países más pequeños en territorio de América del Sur, situado al sureste de dicho continente; su superficie es de apenas algo más que ciento setenta y seis mil kilómetros cuadrados, lo que a escala europea no es tan pequeño, pero que a escala de América del Sur sí lo es, pues todos los países de ese continente son más extensos que Uruguay, a excepción de Surinam. Uruguay está entre dos gigantes americanos, Brasil al norte y noreste, y Argentina al oeste y suroeste. Sin duda Uruguay, al igual que otros países del sur del continente americano, es un país con baja densidad de población (actualmente tiene unos tres millones y medio de habitantes en números redondos).

En la época colonial española se llamaban argentinos a las poblaciones asentadas en las costas e inmediaciones del llamado Río de la Plata, y cuando en las guerras de independencia comenzó a surgir la idea de que Montevideo podía ser la cabeza de una nación o de un grupo de provincias diferente de la que sería liderada por Buenos Aires, se comenzó a llamar argentinos orientales a quienes se asentaban al oriente del caudaloso río Uruguay. Con naturalidad, al formalizarse un nuevo país y tomar la forma republicana de gobierno en 1830, se lo comenzó a llamar República Oriental del Uruguay, aunque por brevedad, también es muy común y corriente denominar simplemente Uruguay a dicho país, y decir indistintamente que los ciudadanos que allí viven son orientales o uruguayos en lo que concierne a nacionalidad o gentilicio; por cierto poco a poco la primera denominación fue cayendo en desuso, así que en la actualidad con más frecuencia se dice que los ciudadanos naturales o legales de Uruguay son uruguayos.

Ya desde comienzos del siglo XX muchos indicadores socioeconómicos marcaban a Uruguay con más semejanza a los países europeos que a los propios países suramericanos, en lo que concierne por ejemplo a alfabetización, educación, fortaleza de las instituciones, tradición democrática, nivel económico, esperanza de vida, libertad de prensa así como real independencia y estabilidad del sistema judicial, derechos civiles, sanidad, etcétera. Fundamentalmente por estas características es que Uruguay también es conocido por la simpática denominación “Suiza de América”. Por cierto en las últimas tres o cuatro décadas del siglo XX y en lo que va del siglo XXI, el liderazgo de Uruguay dentro de América se atenuó y resintió en varios aspectos, fruto de cierto estancamiento de ese país junto a un importante dinamismo de otros países de la región, por lo que hoy día bien puede decirse que la “edad de oro” de este enclave en la margen norte del Río de la Plata ya ha quedado atrás.

Hay varias interpretaciones sobre esta señalada decadencia de Uruguay en los últimos diez lustros, aunque seguramente este proceso ha sido multicausal. De todas maneras, en ello deben haber incidido tanto errores políticos, como el surgimiento del grupo guerrillero-revolucionario “Tupamaros” (de inspiración castrista-cubana y que accionaba con el fin de derribar y desestabilizar a las instituciones), como también el importante fortalecimiento que le fue acordado a la Fuerzas Armadas precisamente para combatir a la indicada guerrilla urbana, y que terminó desbordándose y avasallando a las propias instituciones democráticas, de hecho transformándose en una dictadura sombría que duró un poco más de una década, y que a ojos vista manejó mal la economía y endeudó enormemente al país. También tiene que haber influido la importante emigración de uruguayos en los últimos cincuenta años por razones políticas o económicas, ya que ello ha afectado la demografía en forma importante. Sin duda Uruguay tiene una inadecuada relación entre población activa e inactiva, lo que hace muy gravoso su sistema de seguridad social, y esto se debe en buena medida a la señalada emigración (más de medio millón de ciudadanos naturales uruguayos residen actualmente fuera de fronteras), pero también a la baja tasa de natalidad y al aumento de la longevidad.